En reconstrucción: la obra de mi vida


Hace mucho tiempo que no escribo. A veces, ni siquiera encuentro el motivo. He dejado este blog en pausa, junto con mis pensamientos, sin plasmar nada en palabras. Pero hoy escribo para demostrarme a mí mismo que estoy bien.


Desde la última vez que solté mis ideas sobre el papel, han pasado cosas buenas y malas. Sigo avanzando. Tengo un trabajo donde me perfecciono cada día. Tengo una familia que me quiere, una novia que me apoya y me ama, y una salud que intento mejorar constantemente.


Es cierto que he descuidado mis entrenamientos y he dejado de lado los libros de educación financiera. Pero esa educación sigue siendo una fuente de inspiración, un faro que me recuerda mi meta: ser dueño de mi tiempo. No quiero depender de trabajos agotadores ni sacrificar momentos con mi familia, con mi novia, ni siquiera mis propios encuentros conmigo mismo.


En el trabajo, mi patrón se enojó porque el panificado no salió como esperaba. Pero no me frustro. No retrocedo. Camino hacia adelante porque mi futuro se construye cada día, como un edificio en constante remodelación. Y al igual que un arquitecto con su obra, yo mismo me modifico, me ajusto y me reinvento.


El valor de mi persona es un concepto complejo que sigo edificando con cada hábito que intento consolidar. A veces no los cumplo. A veces mi billetera no tiene el dinero que quisiera. Pero la felicidad no radica en lo que poseo, sino en lo que aprendo. Crezco con cada experiencia, con lo bueno y lo malo.


"Al odio se lo combate con amor."


Quiero fortalecer mi corazón, mi mente y mi cuerpo. Todavía tengo mucho por luchar y por hacer. Quiero sentirme aún más orgulloso de la persona en la que me estoy convirtiendo. De a poco, todo se acomoda. No me asusta fallar, me asusta abandonar mi crecimiento. Mi compromiso es conmigo mismo, con mis valores, con mi verdad. No quiero ser un cobarde que se oculta tras máscaras y mentiras. La mente no distingue entre lo real y lo ficticio, así que me aferro a mis verdades y peleo por mi sueño.


Y me pregunto: ¿qué será de mí dentro de nueve años?

Comments

Popular posts from this blog

Prefiero el silencio

Rostros en el espejo

La maldita comedia de ser Yo